29 abril 2008

Ganas de vomitar

Vomitar. Hay muchas cosas que me dan ganas de vomitar. Desde una mala crítica hasta un guiño.

Dedico ratos a pasear y perderme entre la gente, buscando extraordinarios momentos que recordar. Sin embargo, continuamente me encuentro, sin querer, cosas que me estremecen, me encogen el estómago y hasta me violentan.

La falta de respeto o la incomprensión me hacen muy vulnerable, me ponen los nervios a flor de piel y me quitan el sueño.

Poco a poco aprendo a vivir con eso, pero me inquieta seguir viendo todo esto a mi alrededor.

Maravilla y desilusión. Contrapuestos y unidos. Un horror.

26 abril 2008

La Gueta La Runa

En la vida hay varias cosas que me remueven por dentro: el amor, el baile (la danza en todos sus estilos), la literatura, el cine (que poco a poco también voy descubriendo)... La música es uno de ellos.

Buscando melodía para un programa de radio de la universidad - ya os daré el vínculo cuando lo colguemos en internet - me he tropezado con algo que me ha enamorado. Sí, sí. Enamorado. Creo que hace mucho tiempo que no me remueve tanto una canción.

Es cierto que me trae muy buenos recuerdos la música folk, muchos conciertos, muchos amigos, muchos momentos... Pero sin duda, creo que es un tipo de música que conecta mucho conmigo, aunque por fuera parezca yo otra cosa.

La Gueta La Runa ha chocado contra mí y me ha sacado de mis casillas. Puede que os guste o no este grupo asturiano, pero creo que a mí me identifica bastante. Espero que disfrutéis tanto como lo he hecho yo.

23 abril 2008

Momentos

Hay momentos, a lo largo del día, de la semana, del mes, en que sientes que tienes algo que ver con lo que pasa a tu alrededor. Te sientes culpable de que pase lo que pasa, de que los demás sonrían o se entristezcan.

Palabras, miradas, caricias... Todo lo que haces o dices se vuelve contra ti. Te hace sentir partícipe.

La inmensidad de unos y la pequeñez de otros. Momentos maravillosos, otros no tanto.

Me siento delante del mundo y, hoy, no quiero mirarlo.

18 abril 2008

17 abril 2008

Caribe ¿Paraíso o infierno?

Tras pasar siete días en Boca Chica, pequeño pueblo de la República Dominicana, situado cerca de Santo Domingo, he llegado a la conclusión de que es tanto un paraíso como un infierno.
Aunque durante unos días estaré contándoles cómo fue mi experiencia, las cosas que más me llamaron la atención y aquello que más tocó mi "fibra sensible", tengo que decir algo antes.
Si queréis viajar, descansar, salir de la rutina, pasarlo ¿bien? o disfrutar con la pareja (lo más adecuado para hacer en este lugar), tenéis este paradisiaco lugar.
Si por el contrario vais porque os invitan (pagando tú o no), por un compromiso (como es mi caso, era el viaje de estudios y no me lo quería perder) u otro motivo sobre el que vosotros no podéis mandar, es un infierno.
Los paisajes son la leche, los primeros días te relajas más que todo un verano en el balneario de Archena, pero llega un momento en que ya no puedes más. En mi caso tuve varios motivos: allí sólo fui a descansar, por lo que pasado un tiempo había descansado más de lo recomendable; fiesta, en mi hotel al menos, nada de nada; y encima, lo más grande de mi vida lo dejé aquí, solito y abandonado.

Todo el mundo lo primero que piensa es que quien va a la República Dominicana va a follar, hablando claro. Pero la verdad, me parece algo penoso. Porque digo yo, si no lo haces en tu ciudad, ¿qué sentido tiene irte a 6.000 km para hacerlo?
En fin, yo no lo hice, ni quise, ni iba con la intención ni pensamiento (¡Dios me libre!), ni, por supuesto, di lugar a la más mínima proposición.

Continuará...